Hoy quiero hablaros de nuestro mayor amigo y enemigo de la enfermería, el esparadrapo. Conocido en nuestra jerga como esparatodo. Cierto es que con el esparadrapo solucionamos el mundo, sujetamos una vía, una sonda nasogástrica a la nariz, hacemos una cura, etc. Pero también es nuestro mayor enemigo, pues el esparadrapo y los apósitos en general dañan nuestra piel. Aunque el uso del mismo durante una semana es inocuo para la mayoría de la gente, si se prolonga en el tiempo puede provocarnos reacciones alérgicas, urticaria, eritema e incluso lesiones de la piel epidermis y dermis.
En mi trabajo he podido ver cómo nos llegan muchos pacientes con dos o tres úlceras o escaras; y contándonos que una fue la úlcera inicial y las otras se formaron debido a la lesión que le causo un apósito o esparadrapo. El pegamento de los esparadrapos y apósitos puede lesionar la piel, por lo que nosotros casi nunca los utilizamos, solo en pacientes con una piel fuerte y que las curas vayan a durar pocos días.
Os quiero enseñar las fotos de uno de mis pacientes donde la piel lesiona por el esparadrapo (que sujetaba la cura de la ulcera inicial) se infectó y debido a su problema arterial y a su mala cicatrización le genero una úlcera de dimensiones exageradamente más grande que la úlcera por la cual acudió a hacer las curas.
Siempre recordaré esta frase que salió de su boca el primer día que acudió a nuestra consulta después del peregrinaje a especialistas realizado: ‘’Maldito el día en que fui a hacer las curas de la úlcera, por culpa de eso, mira la herida que tengo aquí, están a punto de cortarme la pierna’’.
Parece ciencia ficción pero es real, el apósito usado para hacer la cura de la úlcera pequeña fue lesionando la piel del otro lado a la pierna y un día al retirarlo la piel se arrancó con la fuerza del pegamento.
Bajo mi punto de vista estaba en todo su derecho de enfadarse, cualquiera de nosotros lo estaríamos en su situación. Es por ello que desde aquí quiero hacer una llamada de atención, a todos los profesionales sanitarios y cuidadores que realizamos curas, y nos lo pensemos dos veces antes de pegar un esparadrapo o apósito en la piel de nuestros pacientes. Hay alternativas como las vendas que nos realizan la función de sujeción sin el riesgo de dañar la piel. En el caso de que nos veamos obligados e pegar un apósito en la piel, deberemos ir rotando la zona de la piel en la que pegue.
En esta foto grande se observa con claridad el daño que causa el apósito al quitarlo ya que arranca también la piel.
Espero que os haya gustado este otro consejo!!!
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